Recordemos la plegaria del buen médico de R. Hutchinson:
“Permítasenos estar bien lejos de la incapacidad, del excesivo celo por lo nuevo y del desprecio por lo que es antiguo, de anteponer el conocimiento a la experiencia, la ciencia antes del arte y el ingenio antes del sentido común, de tratar a los pacientes como simples casos y de transformar la cura de la enfermedad en algo mas penoso que la persistencia de la misma. De todo ello líbranos, Señor.”
A principios de este año 2018, padecí unos dolores muy molestos en torno a la zona ocular, debido a mi afición a la lectura; pensé que serían debidos a la vista cansada. Acudí al Oftalmólogo pero todo estaba bien.
Por esas fechas empezaban mis primeros contactos con los libros antiguos de medicina natural, que empezaron a fascinarme.
Con el fin de descubrir si lo que leía era cierto, comencé a transformar mi ducha matutina con agua caliente en hidroterapia, finalizándola con agua progresivamente mas fría, hasta que, pasado un mes, conseguí terminar la ducha con agua totalmente fría, buscando la reacción posterior del cuerpo y la sensación de bienestar que leía en los libros.
No solo pude comprobar que esta práctica mejora muchos parámetros de salud, sino que sorpresivamente mis dolores de cabeza desaparecieron totalmente para siempre.
Posteriormente, decidí aplicarlo en un paciente anciano que padecía una migraña rara que no respondía a los métodos más modernos, pero que se curó con compresas de agua fría aplicadas en la zona.
Esto no quiere decir que tengamos que renegar de los modernos métodos de curación en absoluto, pero sí que no despreciemos conocimientos antiguos, sencillos y baratos que dieron muy buenos resultados en el pasado.
Si alguien está interesado en ampliar conocimientos sobre medicina natural e hidroterapia os recomiendo empezar por la maravillosa obra escrita por el Dr. OCTAVI PIULATS: Descubre el poder de la salud natural. Historia y práctica del naturismo (2016).
