EL TIEMPO DE CONSULTA Y EL DIALOGO CON EL MÉDICO
Corren malos tiempos para la práctica médica, eso es indudable.
El tiempo que dedicamos al paciente en la consulta es objeto de mercadeo entre organizaciones médicas, que supuestamente dicen defender a los médicos, y responsables encargados de gestionarnos ( públicos y privados ), que aunque habitualmente lo nieguen, no dejan de ser políticos preocupados solo del rendimiento material en lugar de la calidad asistencial.
Esta dura negociación se establece sobre cuestión de minutos por paciente; cinco, diez, quince a lo sumo….
En la práctica privada, la cosa no parece muy diferente. Para no convertirse en asalariados, los médicos se agarran al pago por acto, pero desde el momento que el acto ha sido tasado, no es otra cosa que el pago por pieza, que significa, por desgracia, rapidez, tensión nerviosa, tendencia a las horas suplementarias y sobreesfuerzo ante el aliciente de una ganancia elevada.
Se trata de un sistema ruinoso, porque la consulta muy breve no es mas que una apariencia de obra médica. El médico está obligado a compensar la frustración que experimenta el enfermo en cuanto al tiempo que le es dado, por prestaciones, bajo forma de análisis hechos aparte, petición de pruebas radiológicas sin sentido, de polimedicación y de bajas.
No hay cuestión educativa, verdadera medicina preventiva, y cuando los trastornos son de origen psicoafectivo, es decir para la mayoría de los casos que atendemos, el enfermo vuelve a consultar a menudo o indefinidamente, porque su mal resiste a los medicamentos, o no hace mas que cambiar de lugar por falta de un diagnóstico verdadero y del único tratamiento causal, que haría necesaria una larga conversación con el paciente.
A mi juicio, lo único que puede frenar esta situación tan precaria es la limitación del número de pacientes que el médico debe atender en una jornada laboral, por supuesto, todo ello parejo a una remuneración decente del médico.
Por supuesto ello llevaría consigo un comportamiento diferente de los pacientes que no podrían ser atendidos con la frecuencia y rapidez que todo el mundo exige y dice tener derecho a ello, porque “ yo pago “, frase que escuchamos repetidamente.
Espero que algún día se haga realidad y la medicina vuelva a ser lo que era para beneficio de todos.