¿ CONOCEMOS LA NEURALGIA DEL TRIGÉMINO ?

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He tenido la ocasión de seguir múltiples casos de esta extraña neuralgia en mi consulta estos últimos años. Siempre me llamó mucho la atención su evolución tan errática.
Como médico anestesista integrado en una unidad del dolor, traté este síndrome doloroso crónico con los medios habituales; la primera medida suele ser la terapia con fármacos, entre los cuales destaca la Carbamacepina ( Tegretol ),junto a otros como la Oxcarbacepina, la Gabapentina etc. En mi opinión, la terapia farmacológica es limitada en casos graves y con el tiempo obliga a aumentar la dosis con la aparición de efectos secundarios que habitualmente superan los beneficios.
El segundo paso suele ser la provocación de una lesión en el nervio, que evite su exceso de actividad; ésta se puede llevar a cabo con una aguja de radiofrecuencia, que provoca una quemadura en el trayecto del nervio, debe hacerse en quirófano bajo control de Rx y es una técnica difícil con riesgos importantes, puesto que la aguja entra en el sistema nervioso central. La duración del alivio con esta técnica suele ser importante, de unos meses a un año.
Una técnica menos invasiva consiste en la lesión mediante radiación gamma ( Gamma Knife ), también conocida como radiocirugía, que debido a su alto coste está presente en pocos hospitales.
La visión de los neurocirujanos es algo diferente. También usan la radiofrecuencia para conseguir un alivio transitorio del dolor, pero en determinados casos descubren una arteria que parece comprimir el nervio, asumen esa imagen en la Resonancia como la causa de la irritación del nervio y confían en la técnica de Janetta ( colocación de una lámina de Teflón entre la arteria y el nervio ) para su curación.
El alivio tras esta operación suele ser de más duración, pudiendo llegar a los dos años o mas.
Este alivio tan duradero siempre me llamó la atención en comparación con la lesión de radiofrecuencia, sobretodo el hecho de que tras la recurrencia del dolor, cuando se volvía a realizar la cirugía la duración del periodo sin dolor se iba acortando con cada reintervención.
Uno de los mejores cirujanos del mundo en la primera mitad del siglo XX, el Francés René Leriche, ya nos advirtió de la dificultad de esta dolencia:
“ La enfermedad evoluciona por crisis breves, que se repiten a cada instante, y tiene a veces largas suspensiones. Si se deriva de una lesión orgánica, ¿Por qué no tiene una sintomatología continua? . La situación del trigémino es insostenible durante meses, luego llega un día en que el dolor no responde ya a la llamada de esas excitaciones triviales, a veces después de un tratamiento que la coincidencia hace eficaz. Durante unos meses, la enfermedad ha desaparecido totalmente. Luego, un día, sin causa aparente, reaparece tan terrible, mas terrible que el primer día….¿ Por qué sucede así si la lesión es la misma?….Vayamos mas lejos, una neurotomía retrogasseriana la ha curado por completo durante once años, pero el dolor reaparece con una violencia extraordinaria en el mismo territorio, siempre hipoestésico. El arrancamiento del nervio supraorbitario y del mentoniano hace desaparecer de nuevo el dolor. He visto esto después de comprobar la cavidad de Meckel, que estaba vacía. Es una enfermedad que es seguramente de origen central, que no cede a veces más que a la tractotomia; hay, pues, un componente periférico que no es trigeminal, y cuya naturaleza se nos escapa. ¿ Nos atreveríamos a decir que conocemos la neuralgia trigeminal ? “.
Parece que a estas alturas seguimos con la misma duda, al menos hemos desarrollado mas métodos de tratamiento y menos agresivos que los que se tenía en el pasado.

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